En la antigua Grecia, mientras los filósofos debatían, las nubes eran musas de inspiración sobre sus cabezas. Este vínculo entre la contemplación y lo divino no pasó desapercibido para los romanos, quienes, admirando la grandeza de la cultura griega, enriquecieron su imperio.

Inspirados en la cultura de ambos, decidimos que la mejor forma referirnos a la nube actual es hacerlo en una lengua antigua: el latín.

Y así nace Nubibus (nubes en latín), una sola palabra que está presente desde tiempos inmemoriales y que anhelamos resurgir bajo el concepto actual de nube.

No somos filósofos griegos pero buscamos ofrecer un espacio en la nube seguro y cercano para todo el mundo. ¿Y tú? ¿Estás en las nubes?